viernes, 14 de octubre de 2016

29/15

Sueños de desesperación, aprisionamiento, frío y abandono, sueños de espera,
de vergüenza.

 Te veía dentro de una casa sin
techo a la orilla de una
playa nevada. El viento me
obligó a sujetarme al marco,
la corriente azotó las paredes
con fuerza, la ola te clamó
como suyo.
  Me miraste a los ojos, mis
ojos frío como el mar, los
tuyos desconcertados, suplicantes
como la madera de este lugar,
pediste mi ayuda mientras eras
halado a la oscuridad, yo
acepté dejarte ir. Pero algo en
ese azul infinito de tus ojos
me obligó a tomarte de la mano.
 A la noche siguiente eras el
guardia de la prisión, pero logré
escapar.
 Me uní a un grupo de circo
que me llevó a la mujer que
me leyó mi suerte.
"No te estabas buscando, simplemente
no era el tiempo para ti. Pero
ahora sí es momento de volver. Grandeza
viene para ti".

Desperté decidido a dejarte
pero el transcurso del día,
de los días, me recordó que
somos nuestras decisiones, y
yo decidí dejar de correr.
Esta vez me quedo y lo arreglo,
y si no tiene solución, nos vamos
los dos.

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